El Naranco aplaza su asamblea y gana una semana de vida El próximo martes se disolverá el club si no aparece una junta directiva El futuro del Lacera Naranco quedó aplazado hasta el próximo martes. La asamblea extraordinaria que se celebró ayer en la sede del club aplazó la disolución de la entidad hasta esa fecha a la espera de que pueda aparecer alguien dispuesto a hacerse con las riendas del club. De los 61 socios con los que cuenta el club solo asistieron 35, de los que 21 eran representaciones y la junta directiva contaba con 16. La intervención del presidente de honor del club, José Emilio Fariza, resultó determinante para evitar la disolución ya que él fue quien propuso a los jugadores presentes formar una gestora que tome las riendas de la entidad, con su apoyo y el de otras personas cercanas al balonmano de la ciudad y ahí cambió el rumbo de la asamblea. El Naranco llegó al día de ayer sin ninguna solución, acosado por las deudas y con el firme propósito de sus actuales gestores de disolver la entidad. La directiva reconoció una deuda total de 310.326 euros, de los 115.046 corresponden a los actuales dirigentes y que han renunciado a reclamarla. Las cuentas de la junta directiva también recogen 120.703,80 euros correspondientes a ingresos pendientes, con lo que el déficit total asciende a 189.622,20 euros, aunque la deuda real es de 74.576,2 y la parte más importante corresponde a los jugadores de la pasada temporada. Tras aprobar las cuentas y no presentarse nadie dispuesto a hacerse con las riendas del club, la asamblea caminaba hacia la disolución del club y en ese instante Fariza propuso a los jugadores constituirse en junta gestora, con su apoyo y el de otras personas dispuestas a echar un cable para impedir la desaparición del club. Eso hizo que el notario Javier Ramos propusiese aplazar la asamblea hasta el próximo martes y así el club gana unos días que pueden resultar vitales para encontrar una salida que impida la disolución de unos de los clubs más antiguos de la ciudad y que se ha visto abocado a una situación penosa por la mala gestión de sus dirigentes en los últimos años. El final de la reunión tuvo un tono crispado con el director general, José Ramón Prado, lanzando acusaciones a algunos de los jugadores presentes y sin asumir en ningún momento su cuota de responsabilidad en los problemas del club. Pese a las malas formas de Prado, el club podría tener alguna opción de supervivencia y salir a competir este año en Primera División. Textos extraidos del periódico online:www.lavozdeasturias.es
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